En un mundo profesional cada vez más dinámico, la capacidad de adaptarnos y gestionar proyectos para mejorar nuestra eficiencia profesional. Tradicionalmente, la gestión de proyectos se ha asociado a profesiones como la ingeniería o la arquitectura, pero existe un creciente número de profesionales, como abogados, asesores, publicistas, profesores, consultores, expertos en marketing o ventas, médicos, … que enfrentan retos similares sin las herramientas adecuadas. En la entrada ¿Proyectización de todo o todo son proyectos? ya adelantamos la realidad de esta tendencia.

A diario, estos profesionales lidian con proyectos complejos: desde un caso judicial hasta una campaña publicitaria, pasando por el diseño de un programa educativo o la estrategia de lanzamiento de un nuevo producto. Cada uno de estos desafíos implica una serie de etapas, plazos, recursos y objetivos que, si no se gestionan correctamente, pueden derivar en estrés, falta de organización e incluso el fracaso del proyecto.

Mejora tu eficiencia profesional usando gestión de proyectos

Profesionales como abogados, asesores, publicistas, profesores, consultores, expertos en marketing o ventas, médicos, … trabajan por proyectos y no lo saben.

¿Trabajo por proyectos?

Vamos a ver si trabajas por proyectos y, en consecuencia, tiene sentido la gestión de proyectos. Me gustaría desmitificar el concepto y que se vea la utilidad de usar un marco de trabajo para nuestro día a día.

Según la International Project Management Association (IPMA) un proyecto es:

… esfuerzo único, temporal, multidisciplinar y organizado para lograr los entregables acordados cumpliendo los requisitos y limitaciones predefinidas

Se entiende por entregables los productos y/o servicios que como profesionales entregáis a vuestros clientes. Valora si tu trabajo diario cumple con estos atributos:

  • … tiene unos objetivos claros.
  • … consta de una serie de tareas interdependientes.
  • … utiliza recursos.
  • … tiene un marco temporal.
  • … tiene un resultado único.
  • … implica un grado de incertidumbre.

Entonces trabajas por proyectos.

Primeros pasos para aplicar la gestión de proyectos

¿Listo para empezar a ser más eficiente? No tenemos la varita mágica, no necesitas convertirte en un experto en gestión de proyectos de la noche a la mañana. Comienza por implementar sencillos pasos y empezar a ver mejoras:

  1. Define tus objetivos con precisión: Antes de empezar cualquier tarea o proyecto, pregúntate: ¿qué quiero lograr exactamente? Define objetivos claros, concisos y medibles. Esto te servirá como guía y te ayudará a mantener el enfoque. Ten en cuenta los requisitos que te afectan, las limitaciones y restricciones.
  2. Divide y vencerás: Divide el trabajo en tareas más pequeñas y manejables. Así, no te sentirás abrumado y podrás ir avanzando paso a paso. Además, te permitirá identificar mejor los recursos necesarios, el tiempo estimado para cada etapa y posibles riesgos. Coge un papel, identifica que queremos entregar, empieza a dividirlo en entregables más pequeños. Identifica todos los posibles componentes del proyecto (los que sabemos que se van a hacer y los que puede que se hagan).
  3. Trabaja por ciclos: Trabaja por periodos de tiempo, marcando los objetivos, los recursos, priorizando las tareas, planificando lo que queremos hacer, considera los riesgos en ese periodo, … Al final del ciclo, analiza los resultados y vuelve a planificar la siguiente iteración. Ten en cuenta que las prioridades cambian en cada ciclo.
  4. Tu equipo, tu mejor aliado: Identifica a las personas clave que pueden ayudarte a alcanzar los objetivos, tanto dentro como fuera de tu equipo habitual. Define roles y responsabilidades, fomenta la comunicación abierta y asegúrate de que todos estén alineados con los objetivo comunes.
  5. Mapa del tesoro, tu plan de acción: Establece un cronograma realista con fechas límite para cada tarea. Esto te ayudará a mantener el ritmo y a identificar posibles cuellos de botella con anticipación. Herramientas visuales como calendarios o cronogramas online pueden ser muy útiles.
  6. Mantén a raya los imprevistos: En las reuniones de trabajo, anticiparse a los problemas es clave para evitar que descarrilen tu proyecto. Identifica posibles riesgos, como cambios en los plazos, falta de recursos o imprevistos con proveedores, y define planes de contingencia para cada uno de ellos.
  7. Necesitamos conocer el presupuesto: Define un presupuesto claro para tu proyecto, incluyendo todos los costes asociados, desde materiales hasta horas de trabajo. Realiza un seguimiento regular de los gastos en cada iteración y ajusta el presupuesto si es necesario para evitar sorpresas desagradables. Analiza los costes por componentes.
  8. Comunicación constante: Mantén a todos los interesados informados sobre el progreso del proyecto. Esto incluye a tu equipo, superiores, clientes o cualquier persona involucrada. La comunicación fluida previene malentendidos, facilita la toma de decisiones y genera confianza.
  9. Lecciones aprendidas: Al finalizar cada etapa o tarea importante, tómate un momento para reconocer el trabajo realizado, aprender de lo que hemos hecho bien y de los errores. También es importante celebrar los logros del equipo.

Recuerda:

La gestión eficiente no se trata de rigidez, sino de flexibilidad y adaptación. No tengas miedo de ajustar tu enfoque a medida que avanzas, siempre con el objetivo final en mente.

Algunas herramientas básicas

No necesitamos herramientas complejas para empezar a gestionar tus proyectos de forma eficiente. Hay herramientas básicas, accesibles y fáciles de usar, te ayudarán a dar el primer paso:

  • Herramientas pasa gestionar el tiempo, como la agenda o calendarios online (Google Calendar, Outlook Calendar): Programar reuniones, establecer fechas límite para tareas, visualizar el cronograma del proyecto de forma global.
  • Listados de tareas en papel, en la agenda u online (Google Tasks, Microsoft To Do, Trello): Dividir proyectos en tareas más pequeñas, asignar responsables, establecer prioridades, marcar tareas completada.
  • Aplicaciones de notas (Google Keep, Evernote, Notion): Tomar notas durante reuniones, guardar ideas, crear listas de verificación, almacenar información relevante del proyecto.
  • Pizarras blancas u online (Trello, Asana, Monday.com): Visualizar el flujo de trabajo, mover tareas entre diferentes etapas (por hacer, en progreso, completado), identificar cuellos de botella.

Seguro que ya usas algunas, sácale el máximo provecho.

Beneficios tangibles

Implementar una gestión de proyectos eficiente no se trata solo de cumplir plazos, sino de transformar tu forma de trabajar y obtener resultados concretos. Estos son algunos de los beneficios que experimentarás en diferentes profesiones y cómo puedes medir su impacto:

Abogados: Imagina gestionar cada caso con un sistema claro de plazos, documentos clave y comunicación con el cliente centralizada en una plataforma. Esto se traduce en menos tiempo buscando información perdida, menos riesgo de incumplir plazos legales y clientes más satisfechos con la información actualizada. Además, planificar las tareas de cada caso (investigación, redacción, reuniones) permite optimizar el tiempo y atender a más clientes, lo que se traduce en un aumento en el número de casos gestionados por mes sin aumentar las horas de trabajo.

Médicos: Un sistema para planificar citas, pruebas médicas y seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas permite una coordinación de tratamientos sin errores. Esto se traduce en menos reprogramaciones innecesarias, mejor adherencia de los pacientes a los tratamientos y un historial médico completo y accesible. Por otro lado, planificar la jornada con tiempo adecuado para cada consulta, evitando retrasos y estrés, permite optimizar el tiempo con el paciente. Como resultado, se atienden a más pacientes por día manteniendo la calidad de la atención y aumentando su satisfacción.

Publicistas: Planificar cada etapa de la campaña (creatividad, producción, lanzamiento, análisis) con recursos y plazos definidos asegura campañas exitosas y dentro del presupuesto. Esto se traduce en el cumplimiento del presupuesto asignado, lanzamiento de campañas a tiempo y mejores resultados por una planificación estratégica. Además, informes de progreso periódicos y una plataforma compartida para la revisión de materiales mejoran la comunicación con el cliente, generando mayor confianza en el proceso, menos revisiones de último momento y campañas más alineadas con sus objetivos.

Profesores: Dividir el programa del curso en unidades, planificar actividades, recursos y evaluaciones con tiempo permite un diseño de clases más dinámico y efectivo. Esto se traduce en mayor participación de los estudiantes en clase, mejor rendimiento en las evaluaciones y mayor satisfacción con la metodología del curso. A su vez, planificar las horas de corrección, atención a alumnos y preparación de clases para evitar la sobrecarga permite una gestión eficiente del tiempo fuera del aula. Como resultado, se experimenta menos estrés laboral, mayor tiempo disponible para la investigación o desarrollo profesional y un mejor balance entre vida laboral y personal.


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